jueves, 31 de diciembre de 2015

Tercera jornada: cómo convertir un pensamiento negativo en positivo

    Es muy habitual sentir desasosiego por comentarios o preguntas de la gente. Llevo desde junio de 2010 sin trabajo remunerado y es una losa más emocional que real. Según quién y cómo se dirija a mi a la hora de "interesarse" por mi situación laboral, mi forma de sentir es distinta aunque la respuesta que les doy es siempre la misma: "sigo sin trabajar".

    Está claro que es un error sentirse desasosegado y es evitable... perfectamente evitable. Y llego a la conclusión de que la frase "sigo sin trabajar" es a todas luces sustituible.

     Cinco puntos a seguir:

     1º) Identificar mi pensamiento, no quedarme con la emoción "debería trabajar y ganar dinero"
 
     2º) Confrontar pensamiento con la realidad:

           - Hoy día, con 48 años, es difícil trabajar (mercado laboral complicado a partir de los 40 años)
           - Con 48 años. el único trabajo factible es el comercial aunque uno haya sido bombero o jefe     regional de ventas antes de quedarse parado. Con tal edad, las ofertas factibles de trabajo son en un 99% comerciales.

     3º) Sustituir pensamiento erróneo por real, visto como espectador: si no trabajo, no es por flojera sino por las dificultades.

     4º) Conclusión positiva.- Poner un pensamiento o idea de carácter positivo y aceptado/a por mí: "Dadas las circunstancias, dedicarme a mi casa y a mi familia y ser feliz".

     5º) Voy a disfrutar de la situación y a seguir buscando trabajo

    La realidad es que sólo necesitamos TECHO y COMIDA.

    Un par de veces al mes o una vez a la semana, voy a dedicar una mañana a buscar ese 1% restante de posibilidad de trabajo no comercial.

     Debo compaginar ser feliz con la inquietud de encontrar trabajo pero de forma real. Tengo derecho a rechazar un trabajo de ventas porque mi situación no es desesperada.

    "Power to the people

    Doy demasiado poder a la gente... Tiendo a dramatizar... Debo... perdón... ¡Quiero! sustituir esa acción por la SENCILLEZ.

     La culpa implica mala intención. El error lo cometemos todos pero sin maldad. Es más fácil aceptar el error si el daño es sin mala intención: es por ensayo y error.

     Cuando cometo un error y alguien me lo dice, lo ideal es:

     1º) reconocerlo;

     2º) tener el pensamiento o sentimiento "Menos mal"

     La culpa, el miedo y el no vivir el presente destrozan la felicidad del ser humano.

     Una cosa es ser culpable (hacer algo con intención) y otra la responsabilidad (hacer algo pero asumiendo el error).

     Tengo apego al "debo"... tengo tendencia a ser neurótico. No hay que ser esclavo del "tengo" ni de nadie... No debo darles tanto poder.


jueves, 17 de diciembre de 2015

Una segunda vez...y un buen desayuno

     Se trataron aspectos no esperados, recuerdos dolorosos... No era lo previsto ¿por quién?... No voy a hablar de esas viejas experiencias...

     Empiezo confuso, lo siento... Venga, voy directo. Entendí algo así como que en nuestro cerebro conviven dos entes muy potentes: uno de ellos, gobernado por la racionalidad y otro, llamado amígdala, donde las emociones campan a sus anchas.

     Cuando tres pensamientos como son "No debería", "Injusticia" y "Personalización" concurren, surge inevitablemente la IRA. Es una emoción negativa que la amígdala ha permitido que se imponga frente a la RAZÓN... Parece que mi problema es que tengo un sentido de la justicia algo pasado o intenso.

    Emocionarse no es negativo. La sensibilidad ante una obra de arte es una emoción positiva.

    Sin embargo, en situaciones negativas, es mejor controlar la mente con la Razón que con la Emoción.

    Mis errores y sus soluciones:

        - "Tengo"... Lo ideal es cambiar "tengo" por "DESEO" o "QUIERO". Pensar "quiero ayudar a mi hijo" es mejor que "tengo que ayudar a mi hijo". Con el pensamiento "tengo" no se disfruta sino más bien lo contrario. Con la idea "quiero o deseo", estoy más cerca de una sensación agradable y de un mejor resultado.

        - IRA ... En situaciones negativas debe aflorar la razón y no la emoción: es mejor no pensar que esa persona que se ha colado cuando el resto espera a que le atiendan "no debería haberlo hecho, lo cual es injusto y tiene algo personal contra mí". Beneficia más decirle con tranquilidad que tal vez no se haya dado cuenta de que había una cola. Si su reacción no es correcta, ya sabremos que no merece la pena discutir pues esa persona no va a atender a razones.

        - "Pensamiento ajeno"... Cuando digo o pregunto algo, puedo decirlo o preguntarlo sin tener que adivinar de antemano qué va a pensar mi interlocutor. No hace falta intentar ser tan "empático" porque al final quedo como el "menos empático".

        - Cambiar el "Drama" por ¿QUÉ PUEDO HACER?

        Y es todo por hoy. He preferido ser en esta ocasión más conciso pese al "material" visto ayer. Estoy un poco cansado y espeso (¿drama?) pero... ¿qué puedo hacer?: voy a darme un buen desayuno. ¡Genial!  ;)

                   Un abrazo. Fran,



     

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Reflexiones previas a un nuevo encuentro

    Es el momento de repasar lo apuntado. A duras penas he pensado en ello más que nada por no sentarme unos simples 20 minutos a reflexionar y esforzarme en dar adecuada respuesta a los interrogantes. Pero procedo a una dedicación in extremis:

          - "No mezclar".- Si ello supone no responder compitiendo o echar en cara errores de la otra parte, mal vamos...

          - "No me perdono (cruel conmigo mismo) ... Me castigo... ¿hacer daño?".- Sigo haciéndolo, supongo que por dudas, por querer agradar y producir el efecto contrario, por sentir soberbia y orgullo...

          - "Costumbres equivocadas... Repetir lo mismo siempre... Yo soy como un hijo más".- Pues sí, básicamente he seguido siendo como un hijo más, pero hace pocas horas recordé que realmente no soy un hijo sino un padre. La experiencia es concreta: hace dos días me escribiste un wasap recordándome la "quedada". La tenía controlada pero entendí perfectamente que querías asegurarte que así fuera, pues posiblemente alguna otra persona precisaba de tus palabras en el mismo momento que acordamos hace dos semanas. Pues bien, mi mujer, tras llegar de mi ensayo con QUO, me dijo que nuestro mayor posiblemente se quedase, tras el partido de copa del Sevilla, toda la noche a guardar cola de cara a obtener una entrada que le llevase a ver el derbi frente al Betis. Como tendría que ir al instituto, mi buena amiga (con cariño) me pidió que relevase al primogénito en esa espera para que pudiera asistir a clase... Pero al decirle que tenía comprometida la mañana, hubo una pequeña fricción. Admito que debo tragarme mi orgullo o ese sentimiento de incómoda contrariedad que experimento cuando alguien me propone un plan incompatible al que tenía previsto... Admito ser susceptible, sí... Pero me rebelé contra la idea de "ser como un hijo más" y además la expresé: - No soy un hijo más, soy el padre, tengo 48 años y lo que tengo previsto es importante. Lo siento pero no puedo.". Bien pero mal rollo, no del peor, pero malo al fin y al cabo. Respuesta que fracasó por la forma aunque no por el fondo.

          - "Falta comunicación: hay que escuchar, entender, ponerse en el lugar de la otra persona".- Los siguientes días a la primera experiencia fueron aumentando en desarreglos, distancia y crispación mostrando su momento culminante en la tarde del sábado 5...hasta el punto de que, teniéndonos a sólo a 4 metros como mucho de distancia, separados por una simple pared, incendiamos nuestros personales wasap de una manera dialéctica y atroz. Tocamos fondo. Pero se dio el punto necesario para tratar de recuperar la comunicación y empezar a entendernos de nuevo. Este brillo de esperanza fue aumentando en los siguientes días.

          - "No puedo".- No recuerdo haber vivido este sentimiento de impotencia en estos últimos días, no al menos de forma consciente. Puede que sí al hablar de profesiones que se han convertido en poco deseables para mí, como ser comercial o abogado, pero no he sentido impotencia por el hecho de querer serlo y no considerarme capacitado, sino porque simplemente no me gusta ejercerlas (y he sido suave con "no me gusta")

          - "Yo soy así".- Cierto, es que soy así. No me cierro en banda pero de vez en cuando espeto tal afirmación. Sin embargo, es como una primera respuesta comodín a una interpelación, reproche o simple pregunta... Es como un "OK pero mi postura es la siguiente o podríamos hacer esto otro"

          - "Veo problemas, no soluciones".- Totalmente... Veo problemas y sigo sin ver soluciones. Aún no he empezado a verlas o buscarlas... Quizás el primer paso tenga que darlo minimizando o relativizando los problemas.

          - "Inercia negativa en matrimonio".- Hemos pensado en hacer cosas que, sin ser muy originales, al menos distintas a lo que solemos hacer. Ha sido ella en este caso quien ha propuesto salir dos o tres veces en semana a dar un paseo por las tardes, por ejemplo, mientras nuestro pequeño está en la academia de inglés, jugando al fútbol en el colegio o en catequesis.

          - "No me doy ningún lugar (espacio propio)... No me siento bien por hacer lo que me gusta".- Soy feliz, a veces muy feliz con la música y del modo en que me dedico a ella pero me causa malestar o remordimiento su nulo resultado económico o monetario... Al menos hasta hace bien poco pensaba que la música me daba la suficiente fuerza y ánimo para no tener que acudir a un psicólogo y así ahorrarme el pago de esa visita, Pero ahora... sólo se queda en una especie de "salario mental".

          - "No aceptamos a las personas tal y como son".- Pues sí, eso pasa. Y debo aceptarlas.

          - "Tener esperanzas: todo en la vida tiene arreglo salvo la muerte".- No estoy del todo bien, pero no tan mal como no creer en la esperanza.

          - "Darme mi sitio (no debo considerarme 1 hijo más)...valorar mi aportación".- Tal vez haya dado un pequeño paso anteponiendo mi compromiso de esta mañana a tener que relevar a mi hijo grande en la cola del Sevilla para las entradas del derbi.

      Nos vemos dentro de 3 horas y cuarenta minutos.

domingo, 6 de diciembre de 2015

Mi primera experiencia...después de tanto tiempo pensándolo hacer 

     Me levanté temprano como es habitual en esta época del año... Gozamos de un tiempo casi cálido para ser la estación en la que estamos pero, aunque hicieran unas mañanas casi gélidas, estaría igualmente despierto y dispuesto a vivir. Me conozco.

     Tras realizar mis tareas de lector social y de música no reglada (ver el "feisbuc" y sacar canciones de oído, vaya...), inicié mis quehaceres que afectan a l@s ejecutiv@s del hogar (desayunos, meriendas para el "cole"/"insti", llevar al peque al colegio, camas, poner una lavadora...) pero ese día, 2 de diciembre, iba a ser distinto...

      Te puse un "wasap" advirtiéndote que "me gustaría hablar contigo sin que lo sepa nadie, por favor, ni siquiera mi familia. ¿Cuándo podrías recibirme?"

      Y me recibiste a las 10:30 de la mañana... Salí de tu sitio a las 12:50 con estas palabras, con estas frases, con estos retazos de pensamientos o conclusiones... escritos furtivamente por mi lápiz en un papel del modo que sigue, así de literal:

          - "No mezclar"
          - "No me perdono (cruel conmigo mismo) ... Me castigo... ¿hacer daño?"
          - "Costumbres equivocadas... Repetir lo mismo siempre... Yo soy como un hijo más"
          - "Falta comunicación: hay que escuchar, entender, ponerse en el lugar de la otra persona"
          - "No puedo"
          - "Yo soy así"
          - "Veo problemas, no soluciones"
          - "Inercia negativa en matrimonio"
          - "No me doy ningún lugar (espacio propio)... No me siento bien por hacer lo que me gusta"
          - "No aceptamos a las personas tal y como son"
          - "Tener esperanzas: todo en la vida tiene arreglo salvo la muerte"
          - "Darme mi sitio (no debo considerarme 1 hijo más)...valorar mi aportación"

       Hoy es 6 de diciembre... Es el día de la Constitución, es domingo, no hay cole, no hay insti, no hay trabajo... pero me he levantado a las 4:10 a.m.. Sí ha habido lectura social aunque aún no ha habido interpretación o trabajo musical no reglado salvo ponerme unos "Greatest Hits" de CAMEL de fondo que me ayudan a sofocar el crepitar incesante de mi acúfeno... Sí habrán desayunos y lavadoras pero, como son las 6:09, el único desayuno que voy a preparar va a ser el mío propio de momento pues mi cuerpo empieza a sentirse raro. Pero ¡ojo! debo hacerlo en absoluto silencio pues puedo despertar a alguien con un sueño muy débil y sensible porque no soy una persona normal y no son horas de estar vagando por la casa... Bueno, no soy una persona normal pero tampoco soy un fantasma...en ningún sentido... que quede claro, por favor.

       Está claro que no es nada fácil digerir todos y cada uno de los puntos o guiones... Aquí hay trabajo, Fran, mucho trabajo... pero merece la pena acometerlo. Las cosas que merecen realmente la pena no son sencillas, nunca han sido sencillas. Distinto es que existan cosas o se den experiencias que sean difíciles, pesadas o ingratas y que no merezcan realmente la pena. Cuestión de discernimiento.