viernes, 27 de agosto de 2021

Vale la pena (canción)

   El 20 de julio de 2021, escribí esta letra para una canción compuesta por Jesús López Gómez, quien me envió una grabación instrumental de su propia interpretación con la guitarra acústica.

   Tras crear esa letra, añadí a la grabación de Jesús, dos pistas de bajo y piano así como una tercera con mi voz.

        Vale la pena (letra de Fran Patricio para una canción de Jesús López Gómez)

"Vale la pena empezar de cero
  Hay días duros que no termino entero
  Una resaca agria acentúa mi dolor y
  el sabor rancio que me deja una traición.

   Frecuento antros en los que nunca encuentro
   Almas gemelas ni un mísero remedio  Persigo       ilusiones desnudas de alcohol  y acabo rodeado     de emociones sin pudor.

Vale la pena la jornada de sudores
No hay trago amargo mientras no te abandones...
...a extrañas cuitas y absurdos temores
Vale la pena la vida aun con condiciones

    Vale la pena viajar a otros barrios
    Dejar de lado rincones oxidados
    Tu lejanía me acerca a mi interior
    No habrá rutina que arruine la pasión.

    Vale la pena oír nuevos refranes
    De aquellas bocas llegadas de otros mares
    Siguen el rumbo que les marca el corazón
    Huir del miedo se convierte en su razón.

Vale la pena la jornada de sudores
No hay trago amargo mientras no te abandones...
...a extrañas cuitas y absurdos temores
Vale la pena la vida aun con condiciones."

jueves, 26 de agosto de 2021

Tristeza en la arena

    En el último miércoles de un agosto que mi mujer y yo hemos sabido disfrutar con regulares y placenteros paseos a lo largo de la playa de El Portil, fuimos testigos de una triste y dolorosa imagen.

    Como tantas mañanas, difícilmente podíamos evitar el tierno anhelo de nuestro beagle Yako al contemplar a otras razas caninas retozar para deleite de sus paseantes sobre las apacibles arenas de la playa.

     Ese sosegado disfrute, sin embargo, se nos atrancó al encontrar nuestras miradas la escena de dos policías locales interactuando protocolariamente con una pareja, supuestamente dueña de un gran bóxer al que llevaban correctamente atado. Nuestra curiosidad empezó a generarse empujada por la duda sobre la prohibición de llevar perros por la playa pese a que no serían ni las diez de la mañana y además el animal estaba perfecto controlado...

     Macarena se limitó a exteriorizar un interrogante que ambos teníamos: "¿Afán recaudatorio municipal?"... Tras chocar con la penosa realidad, pensamos que ojalá hubiera sido eso.

     El lado izquierdo de nuestra visión estaba ocupado por el plano integrado por los policías y el hombre y la mujer con el enorme perro y, por un inconsciente instante, no quisimos ver el auténtico motivo de aquella gestión policial: a nuestra derecha yacía el inerte cuerpo de un perro inmóvil, tumbado sobre el húmedo suelo de un trozo de El Portil que apenas una hora antes bañaban las atlánticas olas de un océano cuya marea se hallaba en proceso de bajada.

     El perrito, de color marrón claro, se encontraba sin vida y llevaba aún en su frágil cuello el collar puesto del que pendía la correa a la que unos minutos antes probablemente se aferraba su angustiado dueño al ver cómo su matutino paseo playero era arruinado por el ataque del hermoso ejemplar cuya documentación reclamaban aquellos representantes de la autoridad.