domingo, 20 de octubre de 2024

Nueva época en edad tardía

    Nunca es tarde incluso para encontrar trabajo a los 57 años... Quizás el problema no sea tanto la edad como la inactividad en los últimos cuatro años... Inactividad en cuanto ausencia de una relación laboral con alguna empresa.

    

    Pero la necesidad está ahí... No hay problema con la comida ni con la vivienda... Pero no hay contrato, no hay ingresos, no hay cotización...


     7 de noviembre... Puede ser una fecha clave: entrevista para 12 puestos de dependiente de tienda entre 36 candidatos.


      

jueves, 29 de agosto de 2024

Talibán de la música

     Son las 5:39 de la madrugada y llevo despierto desde las 4:26...sin obligación alguna, pero sí tal vez por accidente y por necesidad...

    Ayer comentaba con una amiga que, cuando tenía 20 años y me encontraba conversando con dos personas interesadas en que tocase con mi grupo en el salón de actos de una facultad universitaria de Sevilla, hice un comentario irrespetuoso hacia un grupo madrileño por el que nunca he sentido simpatía. La reacción de las otras dos personas que apenas me conocían fue más bien de asombro aunque no emitieron reproche alguno ni trataron de defender las bondades de la agrupación atacada verbalmente por un servidor.

    Y también le decía a esta amiga que mi mujer siempre me ha echado en cara lo intolerante que he sido con el grupo defenestrado por mí.

    Sigo sintiendo una nula inclinación por ensalzar las virtudes del grupo que arrasó en los '80 y en los '90, pero quería decir a mi amiga que cometí el error durante años de menospreciar altivamente a un grupo que en su contexto musical y para su masiva y encantada audiencia (entre la que se encuentra mi mujer) tuvo el mérito de encandilar a muchas personas. Además he de reconocer que reunían calidad y tal vez incluso hasta talento (je, je, je, je...). En definitiva, la vida es cuestión de gustos y que no deberíamos ofender con una frase inoportuna los sentimientos de otros. 

   Y conté esta historia a mi amiga porque creo que de forma inconsciente pude haberla decepcionado con mi opinión sobre una interpretación suya en una canción pues le hice ver que estaba bonito el dueto con otro buen cantante y que ella cantó bastante bien, pero que me gustan más otras intervenciones en duetos a los que se había incorporado con anterioridad o en colaboraciones que ella misma había abierto. A mi juicio cantó impecablemnte la segunda parte de una cancion de Michael Franks llamada "You were meant for me" pues es una vocalista a la que admiro no sólo de corazón, sino que objetivamente pienso que reúne calidad, talento, buen gusto y responsabilidad ya que es dolorosamente perfeccionista y generosa en sus esfuerzos por hacer bien su trabajo o configurar su obra. 

    Ella respondió algo así como "Sé lo que me quieres decir... Dentro de un estilo que no me gusta mucho, está bien ejecutado".

   Y todo pareció llevarse por una senda pacífica y serena incluso mostrándose matices, diferencias o discrepancias, pero a mí me quedó el regusto algo agrio de haber enfriado con mi apreciación el buen ánimo que esta cantante portaba pues se sentía orgullosa de su ejecución y probablemente habría agradecido un apoyo más caluroso o cordial.


viernes, 5 de julio de 2024

Cabreos estúpidos de un servidor

    No es que haya dejado de interesar o importar  a todo el mundo (...que se me perdone este lacerante alarde de egocentrismo...)... Pero la inercia de mis propios acontecimientos y actitudes han generado distancia, frialdad, desapego, desubicación.

    Hago acopio de retrospectivas y me avergüenza rememorar reacciones mías ante actitudes desconcertantes, contrarias o discrepantes... Por ofensivas que fueran algunas, no debería haberme sentido tocado, herido o provocado por ellas. Di poder a errores ajenos y convertí en exabrupto emocional mi respuesta justiciera.

   Ejemplos tengo a patadas... Un recuerdo lejano es el vivido en una residencia de estudiantes donde la convivencia resultaba difícil al arremolinarnos 16 almas ávidas de labrarse un futuro a través de nuestras carreras universitarias y en la que yo cumplía un papel de mediador para encontrar cierto equilibrio y respeto entre todos. Sin embargo, en mi afán de hacer valer el cumplimiento de ciertas reglas que obligasen a mantener el silencio en horas de obligado estudio o descanso, llamé imbécil a un compañero. Su reacción llena de dignidad fue echarme en cara mi insulto y, tras cierto forcejeo verbal, decidí acercarme a su lugar de estudio, tenderle la mano, perdirle perdón y admitir que el único imbécil fui yo por llamarle así.

    En 2015, tras ganar nuevamente las elecciones andaluzas el partido que tantos años llevaba gobernando, la madre de un compañero de uno de mis hijos insultó a los andaluces por volver a votar al aludido partido. Yo llevaba años soportando los despotricamientos de esta mujer en forma de ataques xenófobos, racistas, homófobos a otras personas, incluso menores de edad... pero siempre fui cobarde o excesivamente prudente... Jamás la puse en su sitio o la hice entrar en razón. Y fue ese día posterior a la victoria de su enemigo político cuando me dio por reprocharme su falta de respeto hacia quienes no piensan como ella. Rápidamente me identificó como un partidario del partido que ella deploraba, pero le tuve que aclarar que yo nunca había votado a ese partido, ni siquiera en esas últimas elecciones. Sin embargo, sí que conocía a buenas personas que habían ejercido su voto de forma libre y respetable en favor del mismo... Las consecuencias de aquel enfrentamiento fue una inquina de esta señora hacia mí que sea olía a leguas. No puedo pretender ser amigo de todo el mundo, pero tampoco me hace feliz que me detesten.

    En 2022, un amigo perruno 21 años mayor que yo me llamó terrorista por darle mi opinión sobre la pena de muerte y decirle que no la admito tanto si se pretendiera aplicar a un etarra como a un nazi. Al confesarme él que estaba a favor de la pena de muerte contra etarras, le hice ver que entonces él mismo debería justificar el mismo castigo para un guardia civil que asesinó a una mujer por racismo. Al ver que su respuesta fue negativa, le respondí que tanto un acto como otro son terrorismo. Tras percibir su reacción como ofensiva al lanzarme el citado insulto, no tuve otra respuesta que afearle su falta de respeto. Consecuencias: silencio, desánimo, distanciamiento que duró meses... Pero por fortuna, el tiempo en este caso curó nuestras sensibilidades enfrentadas y recuperamos nuestra cordial relación.

    Ayer, 4 de julio de 2024, tras levantarme temprano para estudiar un poco las oposiciones  y sacar a pasear a Yako, tenía mi programa de comida y de lavadora y pretendía hallar hueco para mi rutinaria y poco alentadora visita al gimnasio. Pero una pragmática visita de mi mujer al mercado de abastos de Las Palmeritas, tras acudir a entregar unas pruebas en el centro de salud, supuso que trajera un buen surtido de pescado fresco: atún rojo, chipirones y boquerones. Debería alegrarme, ¿verdad? Pues no. Congelé el atún por un lado y los chipirones por otro. Pero el kilo de boquerones no me parecía susceptible de correr la misma suerte que sus compañeros de la cesta de la compra ya que estaban enteros. Es decir, me decidí a limpiarlos con el tiempo y dedicación que ello supone... No lo puedo evitar: me da mucho coraje limpiar pescado, no porque me dé asco, sino porque se pierde mucho tiempo cortando cabezas, colas, destripando... Y qué decir en el caso de los boquerones. Pero... ¿Qué pretendo si soy amo de casa y se supone que debo mantener el equilibrio alimentario en mi hogar para mi familia? ... Me puse tenso con Macarena... Ella lógicamente lo notó... Está hasta arriba de obligaciones profesionales más las que asume como personales y familiares (su padre, su madre, el trabajo o la educación y formación de nuestros hijos...). Y encima tiene que enfrentarse a los momentos de displicencia de su marido... Decidí terminar mi faena, dejar preparado el almuerzo para mi mujer y mis hijos (gazpacho y pescado al horno) y hacer mi ruta por el gimnasio en una hora de fuerte calor (más de 40°)... Pero necesitaba despejarme ¿por tan poco?... Sí, lo necesitaba. Almorcé sobre las 17:00 y no noté atisbo de mejoría en el ambiente respirable doméstico el resto del día. Todo por la forma en que me tomo a veces las cosas y las tóxicas sinergias que ellos genera. Ese vaso de agua que me parece una playa con fuerte oleaje algún día debería perder su condición asfixiante y ser aprovechado para tomar conciencia de lo afortunado que soy.

   Esta mañana acompañé a mi mujer hasta la puerta cuando se marchaba a trabajar y le di un abrazo...

sábado, 1 de junio de 2024

Tipo afortunado

    Me rodean personas que me quieren... Convivo con seres insustituibles... Crecí con padres que lloraban mis riesgos... Estudié junto a compañeros que me hicieron partícipe de sus vidas... Pertenecí a grupos donde mis notas musicales eran un componente vital para la ejecución del repertorio... Me acompaña en innumerables ratos de soledad mi fiel y angelical Yako, mi adorable perro...


    Pero nunca estoy plenamente feliz... Y llego a ser áspero y ausente...


    Muchos lo notarían en el pasado... Otros tantos lo siguen percibiendo... Y mi principal compañera me sigue sufriendo... 


     No sé ni preguntarme acerca de esta actitud desvaída y grosera... A nadie intereso... Ni a mí siquiera. 


    Pese a ello, soy un tipo afortunado.

sábado, 25 de mayo de 2024

Analítica y concienciación

   Es la primera vez que me detectan en los resultados de una analítica signos de que hay que estar alerta con el colesterol y el azúcar. No es algo especialmente preocupante, pero me hace tomar conciencia de que debo empezar a cuidarme y... a centrarme.

    Soy veterano en la vida, pero aún sigo sin ser experto. Tal vez taimado o resabiado, pero no tan maduro en la mejor acepción del término.

    No domino ningún arte y, cuando pensaba que estaba adquiriendo los suficientes galones de alguien que atesora cualidades para mostrar el mejor talante ante la dureza de cualesquiera circunstancias, noto cómo se tambalean mis escasas habilidades como individuo pacífico, comprensivo y empático.

   .....

    Hoy termino un día en el que he sacado a pasear sólo dos veces a mi precioso y afable perro... El último paseo en torno a las 23:30 se ha visto impregnado de un esperanzador frescor nocturno de mayo que me ha llevado a deambular gozosamente por un área reducida de mi barrio (El Plantinar), maravillándome por enésima vez de la bella estampa proyectada por la luz de las farolas sobre el acre albero y los serviciales setos que engalanan la calle Ulía. 

    Unos metros más allá de su encrucijada con Tibidabo, vuelvo a tomarme el pequeño placer de disfrutar del contraste que un peculiar foco escoltando un portal de Naranco esparce por ese rincón tranquilo de la humilde barriada y emprendo mi marcha junto a mi fiel Yako que desea seguir olfateando el asfaltado suelo que ahora descansa durante eternos minutos de tanto tráfico sufrido en este moribundo martes.

   Y de repente oímos un ruido parecido al que produce un balón medicinal golpeando un punto cercano al arriate del que emerge un naranjo. Pero no se trata de un esférico pesado, sino de una simple naranja que ha caído por el efecto gravitatorio auspiciado por su peso y la más que probable quebradiza salud de la rama que la apresaba tensamente... El ácido olor que escapaba de esa naranja recién suicidada invita a cerrar los ojos haciendo que uno se pueda recrear con ese aroma tan autóctono y familiarmente vivido en esta época del año.



martes, 7 de mayo de 2024

La teoría de los "Tres Sietes"

         La última sesión tuvo lugar el 24 de abril de 2024 a las 9:10 de la mañana justo antes de ir a acompañar a la madre de Macarena en su convalecencia en el hospital tras su segunda operación de rodilla.

        Fran Mateos destacó mi propia percepción sobre los demás y el hecho de que no dan importacia a lo que yo hago... Percepción errónea por supuesto.

        Fran ya ha celebrado al menos cuatro sesiones conjuntas con mi mujer y conmigo. La última fue a su parecer la más satisfactoria y llegó a la conclusión de que ella sigue siendo la misma de siempre: no ha cambiado. Soy yo, sin embargo, quien ha cambiado.

        Me plantea llevar a cabo la "teoría de los tres sietes":

            1º) Cada siete días, hablar con la pareja sin tratar el asunto de los hijos.

            2º) Cada siete semanas hacer un plan distinto (por ejemplo, ir a un restaurante diferente)

            3º) Cada siete meses, hacer un viaje solos (un fin de semana de pareja por ejemplo).

        Me propone una serie de aspiraciones:

            - Relajarme más

            - Sacar tema de conversación

            - Elogio sincero

            - Vender mejor la idea de un viaje a Cádiz diciendo que "me apetece ir contigo" para que se sienta querida y conseguir su mejor versión.

            - Ver complementariedad en las diferencias y no considerarlas negativas.


            Tras varios días de lógico ajetreo provocado por los cuidados y las atenciones necesarias a mis suegros y en parte por las inquietudes que la depresión de mi hermana pequeña genera, abandono mi hábito epistolar bloguero que tanta utilidad aporta en mis intentos de ordenar e incluso sosegar mis pensamientos.

            La sensación de enquistamiento en la relación permanece... No hay apenas intento de acercamiento por mi parte... Hay reconocimiento de mi mujer por la ayuda a sus padres... No le doy importancia: son buenas personas, siempre se han portado bien con nosotros, son familia, son mayores...¿Qué voy a hacer si no?

            Empiezan tímidamente a mostrarse los coletazos de la astenia primaveral... Pero logro combinarlos con momentos individuales de bienestar proporcionanados principalmente por mis escarceos musicales (arreglos de canciones para propiciar duetos en la plataforma "Smule", composiciones musicales breves, fragmentos de versiones a piano de temas relativamente conocidos, cantar en definitiva...) y con el desenvolvimiento diario de otros quehaceres... Incluso llego a leer un poco el temario de oposiciones respecto al cual había perdido fuerza...

            Pero la mañana del dos de mayo decido, sin tener claro el motivo, dar un abrazo a mi mujer antes de que ella desayunara. Fue un abrazo silencioso. Pensaba decirle que yo no pretendía vivir de la música, pero que ésta me daba la vida... Sin embargo, preferí guardar silencio. El abrazo era especialmente significativo para ella y creo que no iba a añadir más esperanza la frase que dejé oculta. 

            De todos modos, ella lo sabe. La música es muy importante para mí. 

            Pero a final, supongo que si queremos que todo se mantenga, debemos apelar al sentido del equilibrio y mitigar el sentimiento de animadversión que mi desmedida afición a la música llegó a despertar en Macarena.

            Estamos a 7 de mayo de 2024... Hoy cumple nuestro hijo David 26 años; es un día más en mis quehaceres diarios entre los que añado el ayudar a mi hermana Mayra y mi cuñado llevando a su hijo más joven a la asociación con la que tiene cita; he recibido una fatídica carta del SEPE con una muy mala noticia por cierto, pero la vida sigue...Y es importante que mi mujer y yo hemos dejado de lado aquel enquistamiento que tanto nos oscurecía. Haremos lo posible por que no se repita.

miércoles, 24 de abril de 2024

Salvar la espesura

     No es la primera vez que me autocritico por mi creciente falta de contención... Algunas personas la llaman "incontinencia verbal", pero yo creo que tiene más que ver con una actitud con mayor amplitud de contextos y no se limita a un exceso de locuacidad por mi parte.

    Soy muy dado al disfrute personal individual aunque también comparto bonitos momentos con otras personas. El espectro social ha cobrado en mi vida dimensionamiento gracias a las tecnologías y yo he caído en las zarpas del 'wasap' y de las redes sociales... No las condeno, pero tampoco hago buen uso en numerosas ocasiones, precisamente por la falta de contención a la que me he referido al principio.

    En el día que precede a la confección de este artículo he tenido al menos tres ejemplos de incontinencia verbal y psicológica.

    El primero, abriendo mi baúl emocional a mi cuñao chico quien, acuciado casi dramáticamente por los efectos que ocasiona la actual depresión de mi hermana, me expresa su impotencia puntual al faltarle alivio dado el encierro padecido en las últimas tres semanas por los cuidados y atención que ésta necesita o por experimentar aquél frustraciones en el trato o relación con sus hijos, acostumbrados a notar una cohesión admirable en la imagen de pareja que sus padres suelen mostrarles y que ahora languidece por faltarles aunque sea efímeramente ese bastión hiperactivo que encarna la madre de la casa, convaleciente ahora tras desparramarse todo su aguante y entereza... Y mi cuñao chico, en su hondo desahogo, vio en mí a alquien que no es del todo férreo y cató mi vulnerabilidad y me planteó si realmente soy feliz con quien convivo o si voy a ser honesto de una vez y apostar por una nueva vida que me permita sentirme más dueño de mis decisiones pese a que el mal trago de un inevitable duelo o sufrimiento se cierna tras ese paso al que me he negado siempre...y al que me sigo resistiendo.

    Una segunda oportunidad de "exceso pensativo" se produjo al final de un ensayo con el grupo Los Boomers, justamente al recoger los cables e instrumentos y ordenar el local cuando, en ese trasiego de movimientos responsables, aprovechamos a través de desenfadadas conversaciones para tocar cuestiones ajenas a la música sin ser del todo conscientes del riesgo de provocar que surja un tema de debate que divida al grupo en dos segmentos ideológicos... Tácitamente casi acordamos en su momento no sacar a colación asuntos políticos precisamente en aras de preservar la amistad o al menos el buen ambiente entre compañeros, pero sucede que a veces es inevitable hacer alusión a la política aunque sea en una burda referencia al sueldo que cobran los miembros del Congreso. Y fue el cantante quien, comparando el sueldo de una persona normal con el de un servidor público, dijo que un diputado como Gabriel Rufián cobra 120.000 euros al mes. A mí me extrañó y así lo manifesté. Su respuesta fue tajante y aclaratoria: JL decía haberlo consultado incluso en el portal de transparencia. Confío en él y nada puedo objetar por tanto. Sin embargo, la alusión nominativa a un político independentista casi abre la espita de la discusión que no me gusta provocar, pero me siento obligado a responder a los insultos que empiezan a asomarse desde las entrañas de mis amigos musicales por no compartir los ideales del señor Rufián y por resultarles inconcebible que alguien que "odia a nuestro país" reciba semejantes emolumentos como un parlamentario más... Mi reacción es contenida y tímida, pero pretende ser clara y les digo que este hombre es mejor persona de lo que ellos intentan mostrar y les digo que no es tanto pretender por su parte separarse de España como aspirar a un modelo político republicano... No soy experto... Tampoco estoy seguro de que sea exactamente así, pero sí que es verdad que admiro a Gabriel Rufián por otros pensamientos y declaraciones mucho más alejadas del independentismo de las que otros grupos o representantes políticos preconizan.

       Como tercer ejemplo de espesura rutinaria, traigo a la palestra un incidente culinario. Había concertado cita con Fran Mateos a las 9:45 de la mañana de hoy miércoles 24 de abril de 2024. No tengo nada apuntado para esta nueva terapia, pero tal vez mucho que decir y expresar. Sin embargo, por cuestiones logísticas de cara al cuidado de mi suegra recién intervenida de una de sus rodillas, Macarena me pide adelantar la cita a las 9:10 para que yo haga compañía a su madre en el hospital Virgen del Rocío a partir de las 11:00... No hay problema en cuanto mi psicólogo admite ese adelanto... Pero hay que hacer la comida, por lo que tras cenar, al llegar a casa después de ensayar, me dispongo a preparar unas lentejas con chorizo en la olla eléctrica. Buena improvisación que paradójicamente responde a un inusual instinto de previsión... El problema es que el proceso de elaboración tarda más de lo esperado y a mí se me caen los ojos de sueño... Como está programado el proceso, éste acaba y se puede quedar así una vez pasado el tiempo. Pero para poder abrir la olla sin riesgos provocados por la presión del calor, es necesario dejar transcurrir unos minutos... Lo reconozco: el sueño me vencía y me acosté aun a sabiendas del riesgo de pastosidad que podían sufrir las lentejas si permanecía la olla mucho tiempo cerrada... Aunque me acosté a las 00:30 aproximadamente, a las 3:30 me desperté por una extraña pesadilla relacionada con el otro grupo, Numerus Clausus: tenía que prepararme para cantar, tocando al mismo tiempo un ukelele, la canción "High and dry", de Radiohead, y justamente antes del concierto me doy cuenta de que no he ensayado lo suficiente y para colmo no tenía impresa la letra de la mencionada canción... Sueño surrealista total, pues no creo que Radiohead sea santo de devoción de Numerus Clausus... Pero pesadilla al fin y al cabo que provoca mi habitual desfile de pensamientos y tormentos entre los que se encuentra mi preocupación por haber abandonado a su suerte las lentejas con chorizo... Este desastroso pero voluntarioso amo de casa se levantó sin dudarlo para cerrar con el maximo cuidado la puerta del dormitorio donde quedaba Macarena afrontando el natural descanso de esa hora y más necesario que de costumbre al haberse acostado resfriada y con fiebre (la feria y sus "excesos"...) y, poniendo el mismo esmero en pro de la conservación del más absoluto de los silencios, abrió la puerta de la cocina para acometer la ansiada apertura de la olla de lentejas con chorizo... Y efectivamente: espesas como nunca... Hay salvación: dos fuentes y distribución equitativa de las lentejas con sus respectivos trozos de chorizo dulce. No estaban quemadas ni pegadas, así que agregar la cantidad justa de agua propició que cobrasen un aspecto suelto y conservasen además el sabor adecuado que las siguiera haciendo atractivas para ser consumidas una horas más tarde.

    Siento visualizar tanto barro en mis relatos, pero es una forma de confesar que entre mis defectos toma con mayor posición la proliferación de anécdotas muy proclives a meterme en charcos de todo tipo, a desatar mi lengua en cuestiones privadas y personales y a manejar con cierto despropósito labores tan asiduas como preparar la comida para mi familia... Pero pese a ello, el atasco, el amontonamiento emocional, el bloqueo de los sentimientos, la colisión de posturas partidistas, la espesura de la comida...tienen remedio con voluntad y acción. De todo se sale. De todo se aprende.